Por Teodora Preradovic
Patineta o skateboard — el lenguaje de esta tabla de madera en ruedas es internacional. Desde el Gigante Huila, Colombia, hasta Barcelona, Miguel Ángel Bahamón es un patinador colombiano de 27 años haciendo sus sueños realidad. No muchos de nosotros podemos decir que hicimos un viaje patrocinado en Europa para grabar videos de nosotros haciendo lo que más amamos — y por tres meses enteros. Miguel tuvo la oportunidad de visitar Barcelona por primera vez con la marca colombiana de skate BD, y se enamoró de la mentalidad abierta y la diversidad de la ciudad. Aunque ha visitado varias capitales del skate — incluyendo la cuna del deporte, Los Ángeles — la escena de Barcelona fue la que lo llamó de vuelta.
Ahora estás muy involucrado en la cultura de skate en Barcelona, pero ¿cómo te metiste por primera vez al skate?
Iba para el cumpleaños de un amigo y vi unos chicos patinar y me quedé ahí viéndolos y no fui a la fiesta al final. Me quedé impactado. Y luego les pregunté si podía usar el skate y me pusieron a patinar con ellos. Después, continué yendo, pregunté cuándo volverían a patinar y así comencé con ellos y así fue cómo comenzó todo. Tenía once y medio, doce años casi.
Has patinado por 15 años y sigues disfrutándolo y mejorando. ¿Cómo el skate se ha convertido en algo tan importante en tu vida?
Yo creo que me influyó mucho en la manera de ver la vida. Me abrió la puerta a muchas cosas — a viajar, a ver nuevos lugares, a conocer nueva gente. Esto me tenía fascinado. Siempre he querido hacerlo, es como una ficción. Como vas aprendiendo a patinar, vas mejorando. Y luego ves que hay gente que vive de esto, que hay una carrera también que se puede hacer, que es difícil, obviamente, pero simplemente se va dando poco a poco.

Cayendo de un truco en una calle en Gracia, Barcelona
Barcelona te encantó la primera vez que viniste, tanto que decidiste volver y vivir acá. ¿Qué diferencias hay entre las culturas del skate en Colombia y Barcelona?
No hay mucho apoyo por parte de marcas en Colombia, entonces para tú poder vivir del skate es muy difícil. Para mostrarte hay que salir a donde está la gente que está haciéndolo a un nivel más alto, conocer, hacer contactos. Ahora en Colombia hay mucha gente que lo ven el skate como un deporte olímpico. Todos están enfocados en querer ser alguien en las olimpiadas, lo que a mí no me interesa. No tiene nada que ver el skate con las olimpiadas. Incluso tengo amigos que están patinando para la selección de Colombia, pero no me llama la atención y nunca voy a ver una competencia de esas. No me llama. No me expresa nada. Es algo vacío.
“Lo que pasa con el skate es que une a la gente”
Estar en las Olimpiadas no tiene que ser el sueño de cada deporte. Dicho esto, al otro lado, ¿cómo interactúa el arte con el skate?
Tiene mucho que ver el arte con el skate para mí. El skate es más un arte que una disciplina deportiva. Al principio, iba por el camino de competencia, pero luego me di cuenta que no era algo justo. No tiene sentido que tengamos la misma puntuación si hacemos el mismo truco pero el otro lo hace ver de una manera distinta. Ya no es algo como una competencia sino es algo más visual y artístico, algo que no se puede definir. Yo creo que el skate en ese momento se divide en dos. El skate siempre fue muy punk, muy alternativo, muy antisocial. Las personas que van a hacer este deporte y paran en algún sitio para competir, creo que no representan realmente la esencia del skate.

Tablas de colección
Cuando ya te aburres de las mismas pistas de patinaje, ¿cómo encuentras nuevos lugares para patinar?
Siempre estamos visitando nuevos sitios. Siempre comenzamos a ir por la calle, así, sin alguna dirección, y encontramos algo. Siempre se encuentra algo. Tú vas por la calle y te imaginas saltando de cualquier sitio. Eso es lo que me gusta, ir descubriendo nuevos sitios. El mejor lugar para patinar es uno nuevo.
¿Cuál es el lugar más inesperado o raro en que te vino una idea para hacer un truco?
Me gustan mucho los sitios donde casi nadie puede ver algo para patinar. Si el suelo está destruido, es más probable que nadie lo patine. Entre más dificultad tenga, para mí es mucho mejor porque nadie va a imaginar que puede patinar ahí, pero en realidad sí se puede. Que hasta tengas que cambiar las ruedas por unas ruedas más grandes o blandas, o arreglar el suelo.
“El skate es más un arte que una disciplina deportiva”
Hoy en día, Barcelona es considerada la capital del skateboarding en Europa. ¿Qué ciudades crees que se convertirán en grandes centros para patinar en el futuro?
Para mí van a ser los sitios alternos, tipo, sitios que no son muy fáciles de ir. Yo creo que el futuro está en Latinoamérica — como Argentina, Colombia, y México. Ahora Portugal es el hotspot. Ahora los grandes quieren ir a Lisboa porque Barcelona ya está reventado. Ya ha venido tanta gente, ya hay tantos que han patinado acá que ya se va acabando esa emoción. Hace unos años, pues, fue Londres, París, y Berlín.
En la comunidad de patinadores, ¿existe el concepto de ‘turismo del skate’?
Existe mucho, porque siempre que ves un video, es como, “wow, ¿dónde fue esto?” Entonces, te dan ganas de ir a patinar ese lugar. Dices, “wow, qué lugar tan increíble, como se ve la arquitectura, como se ve todo.” Es lo que te hace llamar la atención e ir hasta ese sitio. Antes de que supiera que era tendencia, me quería ir a Lisboa, pero es algo que viene de repente como una ola. Tú lo ves y dices, “wow, quiero ir a Lisboa” y ya después todos quieren. Es algo que pasa al mismo tiempo.

Haciendo un truco de un muro en un parque en Gracia, Barcelona
¿Cómo crees que una patineta puede unir a las personas más allá de las fronteras y las culturas?
Eso es algo muy bonito que pasa en el skate. El skate rompe la nacionalidad, rompe las barreras. Culturalmente, también te hace mucho más abierto a conocer más gente. Lo que pasa con el skate es que siempre une a la gente. Lo bueno es que tú puedes viajar y llegas a algún sitio que estén patinando y ya es algo natural que tú vayas a comenzar a patinar y vas a conectar con gente. Te hacen amigos, te invitan a patinar. Ya vas con ellos, te empiezan a conocer y ya empiezan a preguntar: “¿de dónde vienes?” Dices, “vivo en Barcelona, la próxima que tú vengas a Barcelona, vente y vamos a patinar.” Pasa mucho que voy a algún sitio y estoy con ellos y luego vienen. Quedamos siempre en contacto, y siempre hay esa amistad luego.
Para gente que quiere iniciarse en el skate, ¿qué consejos darías?
Que lo intenten, que no tengan esa barrera mental que te hace bloquear. Que simplemente se arriesguen, tomen el riesgo e intenten acercarse a la comunidad. Porque se trata de esto, ¿no? Se trata al final de romper siempre barreras. Simplemente cuando comienzas, tienes que aprender a rodar. Luego hacer un truco, luego un salto, y así es la vida. Si quieres conocer gente, si quieres viajar, siempre se trata de eso, ¿no?
Es un proceso — caes, te levantas, y sigues intentando, sigues intentando, y es eso. Siempre ser perseverante, seguir, seguir intentándolo.
