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La Paternal: fútbol, barrio y Diego

Por: Miquel Merino.

En la ciudad de Buenos Aires, el fútbol y el barrio van de la mano. Los porteños llevan por bandera el sentido de pertenencia. En el exterior llegan las historias del barrio de la Boca y su equipo, Boca Juniors. También se habla del clásico de Avellaneda. Racing e Independiente, los cuales sus estadios los separan escasos metros. La hinchada de San Lorenzo en cada cántico hace referencia al anhelo de volver a su barrio de origen, Boedo. Sin embargo, hay clubes y barrios poco reconocidos que tienen una importancia capital en la historia del fútbol argentino. Este es el caso del barrio de La Paternal y su equipo, Argentinos Juniors.

Lejos de los focos de La Bombonera o del Monumental, apartado del tráfico de Microcentro o Recoleta, encontramos el Estadio Diego Armando Maradona, la casa del Bicho, el apodo que recibe la Asociación Atlética Argentinos Juniors. El nombre de la cancha es en honor al jugador más importante que pasó por el club. El mismo que cambió la historia del Nápoles, que salió campeón del mundo en 1986 y para algunos, el mejor jugador que vieron sus ojos. Las primeras gambetas del Diego fueron en el barrio de La Paternal.

UN ESTADIO CONVERTIDO EN SANTUARIO

El estadio de Argentinos Juniors está lejos de ser un estadio convencional. Nada más llegar a sus aledaños, encuentras decenas de murales dedicados a la figura del Pelusa. En ellas se repasa su trayectoria profesional y se pueden observar imágenes icónicas de la carrera del ídolo argentino. El tributo a Diego no se queda en lo terrenal. En uno de los accesos a la cancha, encuentras un espacio de culto religioso similar al de cualquier capilla católica. La diferencia es que el venerado no es Dios, sino Diego Armando Maradona, aunque en Argentina para algunos viene siendo lo mismo. El encargado de mantener el santuario en perfecto estado es Dieguito, un ahijado de Maradona que dice tener como misión de vida cuidar de ese lugar. Para muchos aficionados al fútbol, presenciarlo en persona resulta un sentimiento mágico. Para otros, puede parecer algo exagerado. En cualquier caso, es un lugar que no deja indiferente a nadie.

LA UNIÓN CON EL BARRIO

Argentinos Juniors se fundó a principios del siglo XX en el barrio de Villa Crespo. Hasta 1940 estuvo cambiando de sedes continuamente para conseguir la viabilidad de la institución y no fue hasta ese entonces que se asentó en La Paternal. El crecimiento del club y del barrio han ido a la par.  La entidad ha sido siempre el rasgo identitario de un barrio que vio en el Bicho una manera de sentirse representado. La indumentaria  más común de ver en la zona es una camiseta o una chaqueta con los colores del equipo. La consecución en 1985 de la actual Copa Libertadores fue el hito máximo de la historia del club y en el barrio aún está presente. Las calles y los bares de La Paternal están repletas de referencias del momento. La entidad dispone de instalaciones de gimnasio y diferentes modalidades deportivas y culturales para sus socios, la gran mayoria residentes del barrio de La Paternal. La cuota más elevada sale a treinta mil pesos argentinos, un poco más de veinte euros al mes. Un vecino de la zona con pasado en España comenta que ve mucho paralelismo con el Rayo Vallecano y el barrio de Vallecas. 

POPULAR PERO DE PRIMERA

La estructura del club es más propia de un club de barrio que no de un club de primera división. El acceso a la tribuna del estadio en días que no hay partido es libre y se puede visitar con normalidad. Existe la posibilidad de hacer un recorrido con un guía, pero lejos de las experiencias que se ofrecen en Europa o en los grandes estadios sudamericanos. En gran parte de Argentina aún se trata el fútbol como un evento popular y no para unos pocos privilegiados. El ambiente en día de partido así lo refleja. En la  tribuna del estadio te encuentras caras conocidas del país como Sergio Batista, campeón del mundo en 1986 o Marcelo Benedetto, un referente del periodismo deportivo. Ambos charlan con cualquier  aficionado que se acerca a pedirles una fotografía o a intercambiar opiniones sobre el partido. El peso de la barra en la institución es mucho menor comparado a otros equipos del fútbol argentino y esto permite ver en el estadio muchas escenas familiares y libres de violencia. Gran parte de los cánticos son dedicados al Diego. En el minuto 10 se ovaciona a su figura con aplausos, un gesto que puede resultar familiar a la gente del Espanyol y su minuto 21 en homenaje a Dani Jarque.

EL SEMILLERO DEL MUNDO

El Diego no ha sido el único talento argentino surgido de las inferiores de este club. Juan Román Riquelme, Fernando Redondo, Sergio Batista o Esteban Cambiasso son algunas de las figuras que se han formado en el “semillero del mundo”. Así se autodefine el club. La apuesta por las inferiores y el talento joven hacen que el fútbol practicado por el Bicho sea uno de los más atractivos de ver en todo el país. Una vez los jugadores explotan, dan el salto a un club mayor debido a que no hay medios económicos suficientes para retenerlos. Sin embargo, el club está lleno de obsequios dados por antiguos jugadores en señal de agradecimiento por la formación dada.

El amor por el Diego y por Argentinos Juniors está presente en cada esquina del barrio de La Paternal. Los vecinos llevan con orgullo los colores rojo y blanco que representan al Bicho. Para ellos, es una forma de entender la vida. Una religión que tiene su vaticano en el lugar donde su Dios se dio a conocer al mundo. Y de aquí su gran lema: “De La Paternal al mundo”.